martes, 17 de enero de 2012

Una tarde de gritos, peleas, abrazos, sufrimientos y locura general. 
Estallidos de risas. Tristeza compartida. Compañía. 
Trabajo en equipo, goce, disfrute. 
Alegría, mas alegría. Mucha alegría. Triunfo. 


El humo de un cigarro en una plaza que de a poco va volando, llevándose con el, las palabras de una conversación, tan común y basica como la mayoría, pero las que llenan el alma de a poquito, y que son una especie de combustible espiritual para poder seguir dia a dia.


Una cena. Excusa hermosa y placentera, especie de ritual para alimentar (ademas del cuerpo) poco a poco tu corazón. 
Dándote esperanza. 
La esperanza de saber que a pesar de todo, de lo bueno y de lo malo, hay algo por lo que celebrar. 
Compartiendo un simple momento, momento que jamas se va a escapar, o desaparecer.


Un mate tapado, un mazo de cartas, aire puro, armonía. 
Conjunción de valores, y de buenas intenciones. 
De amor, pero no de cualquier tipo. 
Esa clase de amor que solo puede dar la gente que no pide nada a cambio. 
Que no necesita que le retribuyas nada. 
Que simplemente esta ahi, atada a vos con cadenas tan fragiles, y a la vez tan sencillas de mantener, y de cuidar. 
Fortaleciendo lazos. 
Agradeciéndote eternamente tu esencia. Tu forma de ser. Tu sinceridad. Ayudandote a ser vos. Y nadie mas que vos. 


Saber que todavía hay gente que comparte tu forma de ver las cosas. 
Sentir que no estas solo en el mundo, y que hay millones como vos deseando cambiar un poco todo esto. 
Caminar mirando el cielo, inmenso y oscuro. 
Iluminado por millones y millones de almas. 
De deseos. 
De intenciones apagadas
De encuentros esperando ser consumados.
De bondad. 
De tristezas.
Y la luna, lejana y tranquila. 
Observando todo desde alla arriba, dandote el visto bueno, e invitandote a vivir. 


Una amistad que tenias olvidada, o que ingenuamente considerabas perdida. 
El reencuentro. 
Tan simple. 
Las palabras se van soltando a medida que tus pies se mueven. 
Intercambios de palabras, con la misma y pura intención, similar ideología y la hermosura que emana la gente sincera. 
Horas que parecen segundos, y que podrían ser días o años, lo mismo da.
La ilusión de saber que puedo encontrarte cuando quiera, y estar seguro que vas a darme una palabra de aliento, un poco de vida, un empujón para poder continuar de la misma forma, sin perderme en las bajezas de esta sociedad. 


Nuevamente en un banco, el mismo de siempre, compañero fiel de tantas noches de melancolía. 
Esta vez en soledad. 
Admirando la belleza, y las sorpresas que el destino te puede deparar en un dia tan igual a los demás
Orgulloso y feliz, de la calidad humana de la gente que tengo al lado. 
Podre deshacerme en mil pedazos, consumirme. Pero ahí siempre están. Para traerme de vuelta a la realidad, y demostrarme, que en tanta oscuridad, brillan, y brillan, y brillan. 




Cada dia me llevo mejor con las plazas.

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