Llego cansado de un largo viaje desde Devoto hasta el departamento de mi hermana, un poco triste por tener que volver, un poco cansado, y un poco feliz por los hermosos días que pase. Me tiro en un colchón. Prendo el aire, y me saco las zapatillas. Tomo un vaso de coca, y me quedo dormido. Me despierto a las 6, a 40 minutos de perder el tren. Armo el bolso, salgo, una señora me saluda, un chico me mira y sonríe, voy cantando y riendo por dentro, sin saber aun porque. Camino un par de cuadras, llego a la estación de subte, y veo que están cerrando las puertas del vagón. El encargado de abrir las puertas, me ve llegar con la valija, me pega un grito, dice dale, veni, y me abre la puerta. Subo al tren, me siento junto a una ventana. A mi lado un señor con una mujer, que me miran, sonríen, y me dan un poco de charla. Se enciende el motor, el tren arranca su camino. Miro un poco el cielo, veo, disfruto el vientito que me da en la cara, los pájaros que cantan, el paisaje verde del campo, me mando mensajes con mi hermana, y con un par de amigas. Una señora sube, y justo su boleto tiene mi numero de asiento. Me levanto, y buscando un nuevo lugar encuentro tres amigas que me alegran todo el viaje. Perdí el boleto, y justo cuando venia el hombre a cortarlo, la señora que me había cambiado el lugar, me dice que esta abajo de su asiento. Llego y me esta esperando Nico, me trae a casa y veo un regalo de mi papá. Charlo un rato con mi hermana, y me pongo a organizar para volver a juntarme con amigos que hace mucho tiempo no veo.
Me resulto increíble ver, como con un poquito de actitud, con un poquito de ganas, todo se vuelve mas hermoso.
Siempre fui medio reacio a creer que si pensas en positivo, y con buena onda el mundo te lo iba a devolver. Hoy viendo todo esto, me doy cuenta que ahí esta el sentido de la vida. Es tan sencillo, es tan hermoso disfrutar las pequeñas cosas, y esas pequeñas cosas son las que te dan impulso para seguir haciendo mas cosas, para mover el orto y pensar en uno. De nada sirve deprimirse por problemas bobos, y sin solución, hay que valorar lo poco o mucho que uno tenga. Y cuidarlo para que no le falte nunca. Háganme caso, salgan un dia con su mejor sonrisa, y aunque parezca que todo les sale mal, sigan sonriendo, y no paren nunca de sonreír. Y al final del dia, pónganse a pensar, si fue un dia malo, normal, o un dia bastante bueno. Esos pequeños detalles, que a menudo pasan desapercibidos, o que no le damos importancia, son los que me hacen pensar "La puta madre que vale la pena estar vivo"
Seamos mas positivos, mas amables. Todo es mas lindo, todo se vuelve mas agradable, y cambia el humor de la gente con un pequeño gesto. Sonriamos mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario